Sobre el Leprosario…

Leprosario es el nombre dado a los establecimientos donde  las personas enfermas de lepra, eran  enviadas para aislarlos del resto de la población, a fin de  evitar el contagio. Los leprosarios fueron un efecto secundario cultural de la lepra, una de las enfermedades infecciosas más mortales y mutiladoras de todos los tiempos.

La lepra todavía existe hoy, pero se trata fácilmente con antibióticos, de manera que ya prácticamente quedan solo algunos edificios que en el pasado no muy lejano albergaron a leprosos.

A lo largo de la historia, la lepra ha sido un estigma para aquellos que la han padecido, En la antigüedad los leprosos eran excluidos de la sociedad y encerrados en leprosarios. La lepra avergonzaba a sus portadores con sus terribles mutilaciones, y los condenaba a una muerte segura, la enfermedad data de unos cuatro milenios atrás, según hallazgos arqueológicos. En la Biblia la encontramos desde Levíticos hasta Los Evangelios.

Escribo desde el leprosario, no escribo desde la cátedra, ni desde un templo, o una Iglesia, no escribo desde ningún centro religioso o moral, en donde se espera que sus maestros sean el más notable ejemplo de moralidad o religiosidad que profesan, Escribo desde el lugar en que quien está ahí, tiene la más clara conciencia de su condición de enfermo, de una enfermedad que no se puede ocultar, por ello, tiene así  mismo, la imperiosa necesidad de sanidad y de compartir con otros. 

Desde el leprosario, se puede colaborar con quienes  no están ahí, no por ello sanos, sólo con los conocimientos adquiridos y desde su propia experiencia, en la búsqueda de aliviar el dolor y procurar salud, física, mental y espiritual, propia y de otros enfermos crónicos tan necesitados como yo.

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